La constante presión de la sociedad respecto a lo que somos y lo que tenemos nos está llevando a vivir una vida de apariencias.
- El hombre sin Dios tiene un impulso intuitivo de considerar que el éxito siempre está relacionado con tener más, porque nada le sacia. Esa es una de las razones del porque siempre mide las bendiciones de Dios de forma cuantitativa y no en función del que la entregó.
- Si despierta pero aún necesita dinero, creerá que no vive en bendición aunque la vida le haya sido otorgada por Dios un día más.
Jesús les dijo: Yo soy el pan de la vida; el que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed.
Dios siempre tendrá la respuesta frente a un mundo que busca ser saciado a través de las apariencias.
Recuerda que vivir de apariencias es vivir en un mundo de mentiras.
- Jesús nos rescató de vivir en un mundo de mentiras. (Col.1:13)
- El dijo: "y conoceréis la verdad y la verdad os libertará" (Jn.8:32)
- No necesitamos vivir de apariencias si Jesús nos rescató.
No te sientas obligado a complacer las demandas de la sociedad al no estar a su altura, pues en Cristo ya hemos sido perdonados, justificados, santificados y se nos constituyo en herederos de Dios y coherederos con Cristo. (Rom.8:17)
Sé tu mismo
